MeflipaTorreBaró

Torre Baró es uno de los 13 barrios que conforman el distrito de Nou Barris, en Barcelona. El barrio, situado en plena montaña de Collserola, presenta una morfología muy singular, al estar situado entre fuertes barreras de infraestructura, como carreteras y vías de tren. Las dificultades orográficas lo preservaron de la urbanización hasta que, con las oleadas de inmigración de los años 50 y 60 del siglo xx y la subdivisión de parcelas privadas, fue surgiendo un barrio autoconstruido sin diseño o desarrollo planificado. En consecuencia, hoy en día es un barrio monofuncional que carece de servicios, equipamientos públicos y actividad comercial. Su estructura urbana es de viviendas de baja densidad, algunas de las cuales se hallan en un estado constructivo muy precario.

En la actualidad, y después de verse sometido a intervenciones municipales (2004-2008) básicamente centradas en acciones de urbanización y conexión con el transporte público, el barrio carece de un enfoque holístico de mejoramiento urbano. Esta compleja realidad aumenta la necesidad de reconocer y valorar sus déficits urbanos y sociales, con el fin de hacer posible la adquisición de la urbanidad y los espacios de contenido cívico necesarios.

En el análisis de los valores sociales y espaciales existentes en la comunidad de Torre Baró que han llevado a cabo los estudiantes del máster, se aplicó una metodología de trabajo socioespacial (placemaking) durante un taller de dos semanas sobre el terreno. El trabajo realizado tiene como finalidad entender el lugar como parte de un conjunto de espacios de contenido cívico, lo que puede ayudar a identificar y construir lazos sociales y espaciales. Los participantes en el taller profundizaron en el valor estratégico de los recursos espaciales y culturales con el fin de reforzar la identidad local y la participación comunitaria. El análisis espacial y social se centró en varios aspectos: la movilidad, la matriz ecológica y de espacios abiertos, la vivienda y el sistema de movilidad. Asimismo, se prestó especial atención al comercio, los servicios y los equipamientos, entendiendo que estos pueden fomentar la diversificación económica y la innovación. Este análisis se dirigió a promover la creatividad, en el sentido de mejorar la «economía creativa», entendiendo que la incorporación de la diversidad de actividades puede ser significativa para los individuos más que para las empresas.

El diagnóstico al que ha llegado el análisis socioespacial es que la vivienda autoconstruida juega un papel principal en el barrio y se ha convertido en el valor esencial del mismo. La autoconstrucción ha generado un sentimiento de pertenencia y se ha convertido en el factor de movilización social del barrio. Asimismo, los espacios abiertos y la malla ecológica existente tienen un gran potencial para convertirse en polo de regeneración socioeconómica de los habitantes del barrio.