Las propuestas son ideas, estrategias y proyectos que dan lugar a experiencias piloto. Afrontan los retos que se plantean de la mano de los agentes implicados y se materializan en un emplazamiento definido de Barcelona o Medellín.
La Plataforma de Afectados por la Hipoteca llega a los seis años de actividad. A pesar de su poco tiempo de vida, se ha articulado en más de 200 nodos de acción, constituidos por personas afectadas y personas solidarias; ha puesto en tela de juicio la legislación hipotecaria española; ha denunciado el papel de los bancos en la gestación de la crisis económica y ha ayudado a miles de familias de España a encontrar salidas alternativas al desahucio y a la exclusión social que antes ni siquiera se planteaban como posibles.
La crisis económica global que empezó a despuntar en el año 2008 impuso un escenario social nuevo al que, en el caso del Estado español, se añadió el agravante del estallido de la burbuja inmobiliaria. Las políticas públicas habían convertido poco a poco la vivienda en un negocio, en vez de asegurar que fuera un derecho garantizado por ley. Al mismo tiempo, las entidades financieras habían agravado la burbuja concediendo préstamos hipotecarios de riesgo. Las principales consecuencias de la conjunción entre crisis global y estallido de la burbuja inmobiliaria fueron los desahucios, que empezaron como fenómeno aislado y pasaron pronto a convertirse en noticia diaria.
La PAH surgió en este contexto para responder a la falta de respuesta del gobierno a las necesidades de las personas afectadas por los desahucios y, a la vez, para denunciar una legislación injusta y anómala. Para hacerlo, se propusieron tres medidas de emergencia: la paralización de los desahucios hasta encontrar soluciones definitivas, la dación en pago retroactiva para todas aquellas personas que no hubieran podido hacer frente al pago de su vivienda y la creación de un parque de viviendas de alquiler social con las viviendas embargadas que se encontraban en manos de los bancos.
La campaña «Obra Social» se activa para continuar ofreciendo apoyo a la gente que, acudiendo a la PAH, agota todos los canales posibles para conseguir soluciones efectivas a sus problemas de vivienda. Cuando la negociación con los bancos, los juzgados y la administración son insuficientes, se plantean acciones de desobediencia civil, entendiéndola como forma de autotutela legítima y necesaria de los propios derechos como ciudadanos. Así pues, «Obra Social» ha desempeñado una tarea de ocupación de edificios embargados para el realojo de personas desahuciadas o para forzar negociaciones que permitan conseguir alquileres sociales asequibles en función de la renta disponible de las familias afectadas. De esta manera, se ha realojado a más de 700 personas y se ha dado un paso adelante en la despenalización de la ocupación como alternativa a los precios de la vivienda y a la falta de un mercado de alquiler social.
