A finales del 2015 se comprueban dos premisas. Una, que las políticas tradicionales y homogéneas de vivienda ya no tienen sentido, ni son útiles en un contexto totalmente distinto, tanto desde el punto de vista urbano, social, técnico, político como económico. Y dos, que este necesario cambio de modelo se ha visto agudizado por el gran deterioro ocasionado por el fin del modelo desarrollista acaecido a partir del año 2008, derivado de las quiebras de los modelos financieros de América y Europa, y acuciado por las políticas neoliberales de los recortes, especialmente en los países del sur.
El resultado ha sido miles y miles de viviendas vacías en manos de entidades financieras, tras ejecuciones hipotecarias y desahucios, y miles y miles de unidades de convivencia sin capacidad de acceder a la vivienda según los sistemas que hasta ahora estaban previstos, como son la exigencia de grupos de convivencia o familiares estables y rentas derivadas de un sueldo con contrato laboral permanente.
Por lo tanto, las políticas de vivienda han de ser repensadas en función de estas nuevas condiciones, y no únicamente desde el proyecto arquitectónico, sino también desde los programas, desde las personas y agentes involucradas, desde los sistemas de tenencia y modelos económicos, y desde la estrductura de la ciudad.
Ello comporta que hoy las políticas de viviendas han de ser muy diversificadas y complementarias, pivotando sobre diversos ejes prioritarios:
-Incorporación de las viviendas vacías a un uso social mediante alquiler.
-Realización de viviendas con nuevos modelos de gestión, tenencia y morfo-tipológicos.
-Intervenciones de pequeño tamaño, desde la lógica de la remodelación y rehabilitación de barrios; incorporando las diversas capacidades de los y las futuras habitantes, no solamente la capacidad de renta, sino por ejemplo las capacidades de aportar trabajo.
En este sentido, la ciudadanía organizada se ha adelantado con alternativas posibles. La primera, en términos legislativos, es la consecución de la dación en pago por ejecución hipotecaria, para impedir la situación de exclusión total y permanente, en tiempo y espacio, en que se hayan familias que no han podido hacer frente a las deudas; la garantía de realojo; y la lucha contra la inclusión que implica la pobreza energética.
Otra aportación trascendental son los experimentos de nuevas formas de organización cooperativa, que implican una participación activa de la ciudadanía y que resultaran en tipologías arquitectónicas y sistemas constructivos diferentes, ya que se han de adecuar desde el inicio a una variedad real de modos de vida y de capacidades económicas-técnicas. En este nuevo contexto de economía cooperativa y autogestionada, si estas viviendas no son flexibles y sostenibles, tampoco son posibles. Una de las características que se comienzan a desvelar en las nuevas viviendas surgidas de procesos cooperativos y participativos son: austeridad y eficiencia en la relación espacio-durabilidad-tecnología-belleza, debido a que claramente la vivienda es un bien de uso, que no necesita de lo superfluo, del maquillaje, sino que el resultado formal es derivado de su esencia y su proceso.
El alquiler social, relacionado a la capacidad económica real de las personas, es la forma legal más igualitaria para alcanzar el derecho a la vivienda, en una sociedad en la que cada vez hay menos personas con contratos de trabajo permanentes. Una condición de estabilidad que hasta la quiebra del modelo había sido la base para el acceso a la vivienda.
Este cambio de políticas es imprescindible para afrontar la situación creada por el sistema de precarización social al que ha llevado el neoliberalismo y que pone en peligro los derechos humanos y sociales conquistados.
—Zaida Muxí y Josep Maria Montaner. Montaner es arquitecto y regidor de vivienda del Ayuntamiento de Barcelona; Muxí es arquitecta y directora de urbanismo del Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet.
/// Este texto forma parte de la publicación Connection_Import Zurich. Cooperative Housing: New Ways of Inhabiting, catálogo de la exposición con el mismo nombre, editado por Nicola Regusci, Xavier Bustos (CCP). Primera edición dpr-barcelona, 2015. El texto en inglés puede encontrarse en la web de nuestros cómplices, Quaderns.
/// Más información acerca de la publicación: dpr-barcelona
/// Más información acerca del proyecto Cities Connection Project, en su web-site.
La exposición y lanzamiento de la publicación se realizarán en el COAC el 22 de Octubre de 2015 a las 7pm
Plaça Nova, 5, 08002 Barcelona.
